Los más de 8.200 incendios contabilizados desde el inicio del año 2020 en California han costado la vida a 31 personas y han destruido más de 8.400 casas. Además han devastado más extensión que los incendios de los tres años anteriores y supone más del doble de la extensión consumida en 2018, según los datos del Departamento de Bosques y Protección Contra el Fuego del estado de California.
Las altas temperaturas, los fuertes vientos y la falta de humedad y precipitaciones han disparado los incendios tras años de sequía, consecuencia del cambio climático. En agosto una ola de calor rompió todos los récords y provocó los primeros cortes de electricidad desde 2001.
Uno de los incendios activos más grande, el Incendio de Glass, afecta a un condado vinícola del norte de California y se ha cobrado ya 25.500 hectáreas y 800 casas y edificios. En la ciudad de Napa las temperaturas se prevé que alcancen los 32 grados.
Otro fuego, el Incendio Zogg, se ha cobrado cuatro vidas en el condado de Shasta, aún más al norte en California, y ha calcinado más de 22.000 hectáreas.
La temporada de incendios en California suele durar entre septiembre y noviembre, pero en los últimos años se ha prolongado y es cada vez menos predecible, con incendios importantes hasta diciembre. Cinco de los seis mayores incendios de la historia de California se han producido en 2020, con el incendio de August Complex, en el condado de Tehama, a la cabeza.